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21 de agosto de 2010

Presentación en sociedad

Esto de los blogs no es nada nuevo para mí. Es que, vea usted, yo soy un entendido en estas lides. Un veterano, le diría. Yo vengo militando en esta cyber-trinchera de lucha desde el 2004, ¿me comprende? No soy ningún improvisado. Y se le voy a demostrar. Le voy a refregar mis papiros en su incrédula cara.
Primero, tuve un blog medio humorístico que mantuve durante algunos años. Y lo hice posteando bajo un seudónimo, para evitar posibles represalias hacia mi persona. Hasta armé un poco de controversia gracias a un post mal entendido y todo (no lo linkeo porque el texto que causó el revuelo ya no está donde lo había colgado, y lo tengo por ahí guardado, pero me da paja volver subirlo). De todas formas, el fuerte de este blog eran las jodas que yo le hacía a otra gente vía chat (evangelistas y fanáticos de Cristo en general). Sí, lo sé, soy un plato. Un banana tremendo. El Tinelli de los blogueros.
Luego, pintó hacer reseñas de discos y películas, y es así que armamos un blog colectivo sobre rock y cine junto con otros sujetos. Éramos algo parecido a una ciber-vanguardia iluminada de snobs beligerantes que escribían sobre álbumes raros y basura hollywoodense. Porque era así, si te teníamos que hacer mierda un disco de Europe, te lo hacíamos. Y si te teníamos que hacer cagar a "Man On Fire", de Tony Scott, allí iban nuestros posts, cual flechas justicieras. No nos andábamos con chiquitas. Pero bueno, nada, la experiencia duró un par de meses y listo, ninguno estaba demasiado entusiasmado. Es que, francamente, ese blog era una poronga.
Luego intenté hacer un blog de periodismo, el cual tiene sus momentos, pero... No sé, nunca me terminó de cerrar. Creo que nunca me puse a pensarlo y a armarlo como se debe. Aparte, al releer los posts me dí cuenta de que escribí en un formato en el que no me siento para nada cómodo. Es como que me daba una sensación medio chota. Cosas mías, supongo. Igual, digamos, éste último vendría a ser algo así como el embrión del blog que usted está leyendo ahora. Como que iba rumbeando. Lo que me faltaba era sacarme los moños, nomás.
Y es así que llegamos al día de hoy, en que, recogiendo la experiencia adquirida en aquéllas primigenias bitácoras, encaro la creación de éste, mi -esperemos- blog definitivo. E imagino que será el definitivo, porque va a tener un poco de todo lo anteriormente mencionado: un poco del humor pavote del primero, un poco del elitismo artístico-rockero-cinéfilo del segundo, mas toda la cuestión periodística-peronista-k del tercero. Todo mezclado en una licuadora y servido en posts amenos, nunca demasiado largos, de fácil lectura, y sazonados con videos de Youtube, audios de GoEar, imágenes robadas de por ahí, polls, links y cuanto recurso internetístico pinte. O sea, un menjunje. Veremos qué sale.
¿El nombre del blog? Nada, una boludez que se me ocurrió mezclando las palabras "bondiola" y "telgopor", mal dichas. Todavía no le busqué un sentido ni una explicación coherente. El título es lo que usted quiera que sea.
Ah, sí, disculpe, no me he presentado: soy Pablo, tengo más de 30, todavía soy estudiante, soy peronista, soy un ciber ñoqui k rentado, trabajo en una empresa y todas esas cosas que no importan.

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