Amén de que había cuatro gatos locos (pero posta, estaban el mencionado dirigente y 5 o 6 dirigidos, a lo sumo) metidos en el aula donde se dio la charla, era llamativa la absoluta falta de obreros en el evento. Digo, 5 pibes escuálidos munidos de morrales y anteojos no lucían como "obreros", precisamente.
Sí, es el viejo chiste de subtitular aquélla escena cúlmine de "La Caída", pero ésta es la mejor versión que han visto, no me digan que no.
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